lunes, 27 de abril de 2020

DESCRIPCIÓN DE LA PERSONALIDAD DE VENUSTIANO CARRANZA

En el capítulo "En la raya fronteriza" del libro El Águila y la Serpiente del autor mexicano Martín Luis Guzmán hace una descripción de la personalidad de Venustiano Carranza, jefe del ejército constitucionalista y triunfador del enfrentamiento que surgió entre los jefes revolucionarios después de que la Soberana Convención de Aguascalientes resolviera el interinato presidencial y las principales demandas revolucionarias, a los que Carranza decidió ignorar y enfrentar tanto a Villa como a Zapata que sostenían los acuerdos de la Convención.

La introducción del capítulo dice lo siguiente:
La perspectiva de sumarme al séquito del Primer Jefe [dice Martín Luis Guzmán] no me agradaba de ningún modo. Cerca de don Venustiano florecían viciosamente la intriga y la adulación más baja; privaban los díscolos, los chismosos, los serviles y los alcahuetes. Y si bien es verdad que ese ambiente nauseabundo se purificaba a ratos con la presencia de hombres estimables -hombres de otro tipo muy diverso, como Zubaran, Escudero, Silva, De la Huerta y algunos más-, la mala atmósfera prevalecía al fin o quedaba siempre en grado bastante para que sintiera uno asco y ganas de alejarse. Los hombres sinceros, los afectos a llamar a las cosas por su nombre, no tenían nada que hacer en el ámbito estrechamente carrancista, salvo que les incumbieran obligaciones de esas que, por muy altas, no deben abandonarse en ningún caso. Era inútil hacerse ilusiones. Ya había yo aprendido mucho y sabía que Carranza -viejo y terco- no cambiaría jamás: seguiría respondiendo mejor a los halagos que a las obras, al servilismo que a la capacidad; sufriría hasta su muerte la influencia de lo ruin, de lo pequeño, porque él mismo -grande en nada- no estaba libre de pequeñeces esenciales. Su frialdad calculadora -a eso llamaban los turiferarios dotes de gran estadista- le servía para calcular lo chico, no lo magno, con lo que echaba a perder hasta sus mejores momentos. ¿Quién vio nunca en él rasgos de verdadero entusiasmo, oficial o privado, ante los hechos grandes de la Revolución? No era magnánimo ni para premiar. Si Villa, por ejemplo, ganaba tres o cuatro batallas seguidas -batallas de trascendencia, batallas de aquellas que ensanchaban en cien leguas, como por arte mágico, el horizonte revolucionario-, Carranza se ponía a contar con los dedos, y en caso de resolverse a premiar con un ascenso aquella serie de hazañas, lo hacía regateando: cuidaba de ascender cinco o seis días antes a cualquiera de los generales suyos -así fuese el de las derrotas-, para roerle a Villa algo por lo menos de su sitio en el escalafón. En cambio, era notorio que al otro día de los ditirambos del adulador o de los servicios del proxeneta, las recompensas se otorgaban estruendosas -estruendosas e indecorosas.
Martín Luis Guzmán fuer periodista, asesor de Francisco Villa, se unió al constitucionalismo y después de la Revolución se unió a diversos cargos públicos hasta su muerte en 1976. Conoció muy de cerca la Revolución y a los principales jefes constitucionalistas, lo que le dió la oportunidad de escribir novelas como El Águila y la Serpiente y la Sombra del Caudillo no sólo como espectador, sino como protagonista.

Vocabulario

Ditirambo.- alabanza exagerada, encomio excesivo (RAE https://dle.rae.es/ditirambo?m=form)
Proxeneta.- persona que obtiene beneficios de la prostitución de otra persona (RAE https://dle.rae.es/proxeneta?m=form)
Turiferario.- adulador (RAE https://dle.rae.es/turiferario?m=form)

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